El gateo es la primera forma de desplazamiento de los bebés. En torno a los 9 meses, los bebés consiguen ponerse a cuatro patas y descubren que pueden moverse a su aire gateando. Este movimiento es esencial para su desarrollo y les aporta muchos beneficios, por eso debes intentar que tu bebé gatee.
Beneficios del gateo
1- Conectar los dos hemisferios cerebrales (derecho-izquierdo), lo que ayuda a crear rutas de información importantes para el desarrollo de diversas funciones cognitivas.
2- Desarrollar el sistema vestibular y el sistema propioceptivo que mejora la percepción de organismo y las partes del cuerpo.
3- Establecer la lateralización del cerebro (es decir, definir qué hemisferio es el dominante).
4- Fortalecer los músculos y las articulaciones de brazos, piernas, cuello y espalda, lo que ayudará al niño a andar.
5- Favorecer la correcta formación de las caderas, lo que ayudará al niño a ponerse de pie.
5- Mejorar el equilibrio y la coordinación.
6- Mejora la coordinación ojo-mano, lo que ayudará a destrezas manuales como al escritura.
7- Fomentar el desarrollo visual y el enfoque, así como la visión espacial.
8- Comprender mejor conceptos de distancia y espacio y a medir el mundo que le rodea ya que la distancia que hay entre los ojos y la palma de la mano es una medida universal, la braza.
9- Fortalecer la autonomía y la independencia del niño.
10- Favorecer el desarrollo de todos sus sentidos.
11- Fomentar la curiosidad.
12- Mejorar las funciones gastrointestinales.
¿Es malo si el bebé no gatea y directamente empieza a andar?
Como hemos visto, el gateo es muy beneficioso para el bebé, por lo que debemos estimularle mediante juegos y actividades. Sin embargo, nunca se le debe forzar ni obligar ni debes preocuparte si tu hijo directamente empieza a andar y pasa de gatear, ya que eso no significa que vaya a tener problemas de coordinación, aprendizaje o cualquier otro.
El gateo es una manera particular de desplazarse de los bebés y, aunque gatear aporta muchos beneficios, aunque nunca gatee también podrá obtener esos beneficios mediante otros estímulos y avances.
Por lo tanto, no le obligues a gatear si no quiere, tan solo estimúlale para que aprenda a desplazarse a su manera:
– Ponle boca abajo en una superficie blanda y colócate a su lado a cuatro patas. Gatea para que vea cómo se hace.
– Coloca cerca de él juguetes u objetos llamativos, pero no tanto como para que pueda alcanzarlos sin moverse. Así, se verá obligado a arrastrase o gatear. Lo importante es que adquiera autonomía en el movimiento.
– Es fundamental que tenga mucho espacio para moverse con libertad y explorar sus posibilidades, así que no lo tengas todo el día encerrado en su cuna, el carro o el parque de juegos. Colócale en un espacio amplio y seguro.