La pediatría ambiental es una práctica nueva de la medicina que une ecología y salud, un nuevo área específica que integra los aspectos y factores de riesgo ambiental en la salud de los niños.
La contaminación del medio ambiente, tanto del aire, como de la tierra y del agua, influye de manera perjudicial en nuestra salud, especialmente en la de los bebés y los niños, ya que su sistema inmunitario aún no está totalmente desarrollado y sus organismos en crecimiento son más susceptibles a cualquier cambio causado por los contaminantes ambientales. Su inmadurez orgánica fisiológica los convierte en una diana ante los efectos de los contaminantes ambientales.
El cambio climático, la calidad del aire, la seguridad alimentaria o la exposición ante pesticidas son algunas de las amenazas que afectan directamente a los niños, ya desde el embarazo, aumentado el riesgo de malformaciones.
Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que un recién nacido respira 40 veces por minuto, mientras que un adulto lo hace 12, por lo que los contaminantes del aire le afectarán mucho más, aumentando el riesgo de asma, afecciones respiratorias o alergias.
De igual modo, los disruptores endocrinos que se encuentra en muchas sustancias que forman parte de nuestro día a día pueden afectar a su desarrollo, causando pubertad precoz o incluso cáncer.
¿Para qué sirve la Pediatría Ambiental?
Para ocuparse de estos problemas de salud concretos causados por la contaminación del medio ambiente, ha nacido la Pediatría Ambiental, que une práctica clínica, ecología y salud pública; un nuevo área específica que trata de evitar y proteger a los más vulnerables del aumento de la contaminación y sus consecuencias para la salud.
La pediatría ambiental es la especialidad que estudia, investiga, previene y modifica el impacto de los agentes medioambientales (físicos, químicos, biológicos, síquicos y sociales) que afectan la salud de las generaciones presentes y futuras.
El número de años de vida sana perdidos debido a factores de riesgo ambiental es aproximadamente cinco veces mayor entre los niños de 0 a 5 años que en la población general. Por eso, la Pediatría Ambiental ha nacido con la intención de estudiar qué factores son más perjudiciales para la salud de los niños y cómo se pueden evitar.
Por ejemplo, en el embarazo hay que valorar el trabajo de la madre, el uso de pesticidas en el hogar, los contaminantes del entorno y la vivienda, etc.
Una vez nacido el bebé, se aconseja la lactancia materna exclusiva en los primeros 6 meses de vida y, después, alimentos ecológicos o libres de pesticidas. También hay que usar productos de higiene ecológicos para cuidar su piel y evitar los contaminantes dentro de casa.