Uno de los temas que más preocupa a padres y madres, más aún si son primerizos, son las enfermedades. Algunas de ellas son muy habituales y nada peligrosas, en cambio, otras requieren más cuidados. Aquí hablaremos sobre la bronquiolitis.
¿Qué es la bronquiolitis?
La bronquiolitis es una infección respiratoria que pueden llegar a padecer muchos niños pequeños en España. Concretamente es la inflamación de los bronquiolos, que son ramificaciones de los bronquios. Los bronquios son los responsables de transportar el oxígeno.
La enfermedad se produce cuando existe un contagio viral en el niño. Se caracteriza por una inflamación y acentuación de la mucosa.
En más de la mitad de los casos, la bronquiolitis es causada por el virus respiratorio sincitial (VRS), pero hay otros virus que pueden causarla:
– rinovirus (resfriado común)
– virus de la gripe
– metapneumovirus humano
– adenovirus
– coronavirus
– virus de la parainfluencia
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Los bebés menores de seis meses junto a los bebés prematuros son los que tienen mayor riesgo de contraer bronquiolitis. Otros factores de riesgo son:
– padecer afecciones cardíacas o pulmonares no diagnosticadas
– tener un sistema inmunitario débil
– estar expuesto al humo del tabaco
– no haber recibido lactancia materna
– ir a la guardería o tener contacto con muchos niños
– vivir en un entorno de hacinamiento
¿A qué edad puede aparecer la bronquiolitis?
La bronquiolitis suele ser más común en niños pequeños, incluso en sus primeros años de vida. Es una enfermedad que se transmite por el aire y con el contacto de otras personas. Es muy fácil que unos niños se lo peguen a otros, ya sea por los juguetes o por el contacto físico. En invierno se acentúa esta enfermedad debido al frío y al sistema de defensas del pequeño.
A veces es necesario extremar las precauciones cuando el niño tiene otras patologías, pero normalmente esta enfermedad no durará más de 9 o 10 días.
Síntomas de la bronquiolitis
Si tu hijo desarrolla alguno de los siguientes síntomas, lo mejor es acudir al médico para que pueda determinar la bronquiolitis.
– Si la fiebre aumenta bruscamente o es muy elevada (por encima de 40º C).
– Si sus vías respiratorias están muy obstruidas y no puede respirar.
– Si tiene faringitis y le sale un absceso alrededor de las amígdalas o por detrás de la faringe.
– Si no para de llorar en toda la noche y no puede dormir.
– Si los mocos o la tos le impiden comer durante más de un día.
¿Qué hacer?
Es muy importante mantener al niño hidratado para eliminar la mayor cantidad de mucosa posible, así como mantener sus vías respiratorias húmedas. En casos muy graves será necesaria la hospitalización.
Para aliviar sus síntomas puedes darle paracetamol si tiene fiebre (consulta la dosis a su pediatra), hacerle lavados nasales y acostarle con el torso ligeramente levantado.
Lo mejor es intentar prevenir esta enfermedad con un lavado frecuente de manos, la vitamina C que fortalece el sistema inmunitario, ventilar las habitaciones, no compartir juguetes, cubiertos…